JUAN PUEBLO DICE: ¡BASTA!

                                                       Un pueblo indignado

El pueblo dice: ¡Basta! Como sociedad continuamos en la nebulosa de la mediocridad, bajo el imperio de un sistema que nos tiene agobiados. No somos ni cola de león ni cabeza de ratón. No somos más porque no tenemos pantalones, disciplina ni responsabilidad. Como alguien escribió: "Somos un Chile a medias". Genios de la indolencia, improvisación y de una insolente burocracia.

Autoridades políticas, elegidas por nosotros, que viven apernadas al sistema -vocación de servicio  público dicen- enquistados en sus puestos, sea cual sea, gozando de beneficios y posición, a costa de los impuestos de todos los contribuyentes. El pueblo que votó omnibulado por ofertones y promesas que jamás se concretan, debe conformarse con las "migajas" que caen de latas e inoficiosas "mesas y comisiones de trabajo".

No nos encandilemos, seguimos siendo un pueblo pobre. No es la pobreza de ese Chile digno de antaño, ya no vemos chilenos a "pata pelá ni tirillentos". La tecnología ha ayudado a mejorar el rostro del país. El crédito de "usura" ha permitido acceder a más bienes, a costa de grandes sacrificios para servir las deudas. No nos ayuda mucho el trabajo precario y bajos salarios.

Nuestra legítimas aspiraciones no tienen respuesta de la autoridad política, menos de la empresarial, vivimos esclavos del sistema neoliberal. Juan Pueblo necesita mejores oportunidades, reivindicaciones sociales, que le permitan vislumbrar un futuro más promisorio, progreso y superación. La gente demanda que se sancione: el abuso, corrupción y el delito que nos tiene a merced de inescrupulosos.

Se condena a un individuo, a cinco años y un día, por robarse un balón de gas. En cambio, los delitos de: corrupción, colusión y defraudación del patrimonio de todos de parte de personeros públicos, políticos, y de señores de cuello y corbata, reciben penas mínimas o quedan impunes. Estamos cansados de la vista gorda, de los conflictos de intereses; de la gestión mal hecha de aquellos que, se supone, deberían actuar con celeridad y honestidad.

¡Basta de blá, blá! Juan Pueblo demanda: más responsabilidad y eficacia, con verdadera justicia y gestión eficaz.