domingo, 9 de abril de 2017

DIOS Y RELIGIÓN

                                                       ¿Dios es bueno, o malo?                                                      

Se nos enseña que Dios es bueno, justo y sabio: Todopoderoso, omnipresente, omniciente. Que nada ocurre sin su consentimiento: guerras, enfermedades, azotes de la naturaleza y la muerte. Todo lo permite, sin levantar un dedo meñique para evitar tanto dolor y desgracia a la humanidad.

¿Se complace ante las miserias que ocurren en la tierra? Vemos un Dios absolutamente indiferente a la desgracia ajena, a los males del hombre. La humanidad y sus desencuentros con Dios, ni él entiende al hombre ni el hombre a él. No hay efecto sin causa, ni causa sin efecto y si Dios realmente existe, está ahí, detrás de todo esto. ¿Dios es bueno, Dios es malo?

En opinión de la religión: Los designios de Dios son inescrutables. Conforme informa la Biblia, Dios es castigador y vengativo. Por tanto, en él conviven el bien y el mal. Probablemente Lucifer no se rebeló contra Dios por envidia, sino porque conocía su maligna naturaleza. Por tanto, sabía muy bien lo que hacía cuando se rebeló contra él.

Ese paraíso prometido, de una tierra buena y productiva, de abundante flora y fauna, de un mundo sin banderas ni conflictos no deja de ser una utopía, un sueño, un mal diseño. Tuvo poca prolijidad y habilidad en su creación. El hombre bueno o malo, fue concebido a imagen y semejanza del Creador. Por tanto, quiere decir que Dios no era perfecto.

Quebrantó todas las leyes y mandamientos que impuso al hombre. Discriminador, pues eligió al pueblo judío en desmedro de los demás pueblos existentes. Si es un Dios perdonador, ¿Porqué: El Diluvio universal? ¿Por qué: Sodoma y Gomorra? Tiene que haber habido personas justas, niños inocentes, sin embargo no hubo perdón para nadie.

Las Cruzadas, la "santa Inquisición", los oscuros y siniestros  secretos del Vaticano, las aberraciones del clero: Abusos, pedofilia y violaciones.  Visto esto, y mucho más que se puede leer en el Antiguo Testamento de la Biblia, y como ha funcionado la humanidad desde la mismísima creación, concluyo que hemos recibido una pesima herencia. No precisamente por el pecado original, que fue una trampa que Dios puso a Adán, porque no estaba seguro de lo que había creado.

¿Qué buen Dios, pide a un hombre (Abraham) que mate a su hijo para probar su lealtad? Conocemos la historia de Job, lo que padeció, perdió mujer e hijos y todos sus bienes. A su propio hijo, Jesús, lo hizo padecer las peores torturas y una muerte horrorosa. ¿Se puede creer en este Dios? ¿Podemos confiar en su iglesia y en sus clérigos. En sus predicas y en sus normas? Misas, oraciones, retiros espirituales, rezar el rosario, ¿Pecados, por qué temer? Hay que dejar atrás añejas tradiciones que nacen del oscurantismo religioso. ¡Todo eso es música!

El individuo conoce su historia, lo que hizo bien, y lo que hizo mal. Si se arrepiente en mente y corazón, se reconciliará consigo mismo y con eso: ¡Basta! ... ¡Alea jacta est! 

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