
que se van léjos, muy léjos,
dejando un matiz de tristeza.
Sobre las colinas asoma la luna,
su luz clara y plateada
inunda el mar y la playa,
noche para soñar los recuerdos.
La misteriosa e infinita bóveda
del universo dan mayor belleza
a la noche, el alma se agita,
se pierde conciencia de la vida.
Nace un profundo amor al
contacto con la Naturaleza,
el alma nos es dada para
poder amar y dar amor, pues
no se puede vivir sin amor.
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