viernes, 13 de abril de 2018

RUBÉN DARÍO (I)


Rubén Darío, nace el 18 de enero de 1867 en Metapa, departamento de Matagalpa, Nicaragua, con el nombre de Félix Rubén García Sarmiento, hijo de Manuel García Darío y de Rosa Sarmiento. En 1869 sus padres se separan y su madre se fuga con él a San Marcos de Colón, Honduras. El coronel Félix Ramírez toma en custodia al niño, que vivirá con él en Nicaragua.

Rubén Darío fue poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, posiblemente, el poeta que ha tenido mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.


Fue niño prodigio, a los diez años ya leía el Quijote, obras de Moratín, Las mil y una noches, la Biblia, los Oficios de Cicerón. En 1879 escribe sus primeros versos. A los trece años publica por primera vez  una elegía, Una lágrima, que aparece en el periódico El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880. Predomina en él influencias de poetas españoles de la época como: Zorrilla, Campoamor, Nuñez de Arce y Ventura de la Vega. Más adelante se interesó mucho por la obra de Víctor Hugo, que tendría una influencia determinante en su labor de poeta.

En El Salvador, fue presentado al presidente Rafael Zavala, quien lo acogió bajo su protección. Conoce al poeta salvadoreño Francisco Gavidia, gran conocedor de la poesía francesa. Darío intenta por primera vez adaptar el verso alejandrino francés a la métrica castellana. Gozó de bastante celebridad, mantuvo una intensa vida social. Pero las cosas empeoraron, pasó dificultades económicas, enfermó de viruela. En octubre de 1883, regresa a su país.

A Chile llega el 24 de junio de 1886, desembarca en Valparaíso. Gracias a recomendaciones que le dieron en Managua, recibió la protección de Eduardo Poirier y del poeta Eduardo de la Barra. A medias con Poirier escribe una novela sentimental, Emelina, con el objeto de participar en un concurso literario, obra que no logró ganar. En julio de 1886 encontró trabajo en el diario La Época, de Santiago.

Vivió en condiciones muy precarias, debiendo soportar humillaciones de parte de la aristocracia chilena que lo despreciaba por su escaso refinamiento. Hizo algunas amistades, como con el poeta Pedro Balmaceda Toro, hijo del presidente de la República. En marzo de 1887, publica Abrojos, su primer libro de poemas. Entre febrero y septiembre de 1887, trabajó en el diario El Heraldo. En el mes de julio aparece en Valparaíso, gracias a la ayuda de sus amigos Poirier y de la Barra, Azul, el libro clave de la recién iniciada revolución literaria modernista.

Continuará ...



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