Desde los albores de la historia universal, y de nuestra República, la casta que detenta el poder y el dinero, tiene sus manos manchadas de sangre, y de los crímenes de la Iglesia, aliada eterna de los ricos. La iglesia siempre ha cometido abusos. En Chile, en 1905 una congregación fue expulsada con acusaciones de pedofilia. ¡Nada nuevo bajo el sol!
El poder también tiene a los uniformados de su lado, que a punta de balas, bayonetas y sables lo defenderá de los "rotos" sublevados, de la masa "revoltosa". Nuestra historia está llena de episodios sangrientos, millares de hombres, mujeres y niños vilmente asesinados por la soldadesca, tan solo por reclamar dignidad, educación, salud y justicia social. Episodios de todos conocidos, de los cuales nadie habla, salvo unos pocos y honestos historiadores.
Una sociedad que no lee ni se informa, vive feliz en su ignorancia, porque no se percata lo ignorante que es. Vive abrumada por un consumismo brutal, por la farándula (circo) y la nomofobia. Mágico entretenimiento que le entrega el Gran Poder para mantenerla impensante y en estado letárgico. Así la masa no tendrá espacio ni tiempo para conspiraciones, aventuras anarquistas y subversivas, que pongan en peligro los intereses de la "casta dorada".
La palabra del Pueblo jamás ha sido escuchada. Solo pequeños retazos de sus balbuceantes peticiones son tomados en cuenta, para sedarlos y calmar sus inquietudes.
¡Qué brutal y trágica es la vida!
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