Cuando a un menor se le saca los pañales para abusarlo, provocándole lesiones que le causan la muerte ¿podemos tener piedad con el victimario? Esta alimaña no tuvo compasión ni piedad con el menor, atentó violentamente contra el infante para satisfacer sus bajos y criminales instintos.
Soy partidario de la PENA DEMUERTE, que si bien es cierto no reparará el mal causado, al menos sacara definitivamente de circulación a un degenerado. La prisión perpetua tampoco es una reparación a las víctimas, el daño sicológico persistirá por siempre.
Estos delicuentes sexuales, aunque los castren químicamente, continuarán abusando de menores: manoseando, haciendo felaciones y otras prácticas, sus bajas pasiones no terminan con una jeringa.
La Iglesia no debe ni puede oponerse a la Pena de Muerte, porque tiene tejado de vidrio. No tiene derecho moral a opinar, porque en temas de pedofilia y violaciones sus pecados llegan hasta el cielo. Ha encubierto millares de delitos de los curas, supuestas almas benditas representantes de Dios en la Tierra.
Es de esperar que se tomen serias medidas, para evitar sigan ocurriendo estos hechos, que son un atentado a los DD.HH. de inocentes. Ojalá se plebiscite la reposición de la pena de muerte.
¡Que el pueblo decida!
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