Luego que la vi la amé,
su belleza cautivó mi alma.
Fue una tarde de otoño, de
sueño y vuelo de mariposa.
Despuès que dejé de verla
se nublaron mis días, pero
ella ha morado en mi
todos mis años de soledad.
La felicidad es caso perdido,
no he podido vivir sin amor,
sin su ternura, la recuerdo
cuando la muerte me espera.
Quisiera decir su nombre,
para saber si al nombrarla
renace en mi alma su cariño.
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