domingo, 19 de agosto de 2018

FRANCISCO DE QUEVEDO


Francisco de Quevedo nace en Madrid, España, el 14 de septiembre de 1580, fallece el 8 de septiembre de 1645 en Villanueva de los Infantes, España. Fue un escritor español del Siglo de Oro. Sus padres desempeñaban altos cargos en la corte, por tanto siempre tuvo contacto con el ambiente político y cortesano. Estudio en el Colegio Imperial de los Jesuitas. Posteriormente en la Universidad de Alcalá de Henares y de Valladolid. Aquí adquirió su fama de gran poeta y se hizo famosa su rivalidad con Góngora.

En 1606 se instaló en Madrid, donde siguió sus estudios de teología e inició su relación con el duque de Osuna, a quien dedicó sus traducciones de Anacreonte, autor hasta entonces nunca vertido al español. En 1616 recibió el hábito de caballero de la Orden de Santiago. Acusado de participar en la conjuración de Venecia, cayó en desgracia, y como consecuencia de la caída del duque de Osuna, 1620, detenido y fue desterrado a su posesión de Torre de Juan Abad (Ciudad Real).

Pronto recobró la confianza real, con la ascensión al poder del conde-duque de Olivares, quien se convirtió en su protector. Problemas de corrupción en el entorno de Olivares, provocaron que este desconfiara de Quevedo, y en 1639 lo acusaran y encarcelaran en el convento de San Marcos, donde estuvo hasta 1643. Cuando sale en libertad, con la salud quebrantada, se retira definitivamente a Torre de Juan Abad.

Quevedo cultivó todos los géneros literarios de su época. Se dedicó a la poesía desde muy joven, escribió sonetos satíricos y burlescos, a la vez que graves poemas en los que expuso su pensamiento, típico del barroco. Publicó agrios escritos en los satirizaba con su rival, como la Aguja de navegar con la receta para hacer Soledades en un día (1631). Su obra poética, publicada póstumamente en dos volúmenes, tuvo un gran éxito ya en vida de su autor, especialmente sus letrillas y romances, divulgados entre el pueblo por los juglares y que supuso su inclusión, como poeta anónimo, en la segunda parte de Romancero general (1605).

En prosa, la producción de Quevedo es variada y extensa. Escribió tratados políticos, obras ascéticas, y de carácter filosófico y moral; una de sus mejores obras es La cuna y la sepultura (1634), un tratado moral de fuerte influencia estoica, a imitación de Séneca.

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