domingo, 19 de agosto de 2018

LUIS DE GÓNGORA


Luis de Góngora nace en Córdoba, España, el 11 de julio de 1561, fallece el 24 de mayo de 1627. Poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro. Estudió en la Universidad de Salamanca. Nombrado racionero en la Catedral de Córdoba, desempeñando varias funciones que le permitieron viajar por España. En 1588 fue amonestado por el Obispo, por sus composiciones profanas y su vida disipada.

En 1603 se hallaba en la Corte, que había sido trasladada a Valladolid, buscando mejorar su situación económica. Escribió sus más ingeniosas letrillas, trabó gran amistad con Pedro Espinosa, y se enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival Francisco de Quevedo. Instalado en 1617 definitivamente en la Corte, fue nombrado capellán de Felipe III, lo cual no alivió sus dificultades económicas, que lo acosarían hasta su muerte.

Aunque en su testamento hace referencia a su obra "en prosa y en verso", no se ha hallado ningún escrito en prosa, salvo las 124 cartas que conforman su epistolario, valioso testimonio de su tiempo. A pesar que en vida no publicó casi ninguna de sus obras poéticas, éstas corrieron de mano en mano, y fueron muy leídas y comentadas.

En sus primeras composiciones, 1580, se vislumbra ya la implacable vena satírica que caracterizará buena parte de su obra posterior. Pero al estilo ligero y humorístico de esta época se le unirá otro, elegante y culto, que aparece en los poemas dedicados al sepulcro de El Greco o a la muerte de Rodrigo Calderón. En la Fábula de Píramo y Tisbe (1617) se producirá la unión perfecta de ambos registros, que hasta entonces se habían mantenido separados.

Entre 1612 y 1613 compuso los poemas extensos Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea. En un rasgo típico del barroco, Góngora rompió con todas las distinciones clásicas entre géneros líricos, épicos y satíricos, lo que suscitó polémica. Juan de Jáuregui compuso su Antídoto contra las Soledades, y Quevedo lo atacó con su malicioso poema Quien quiere ser culto en un solo día. Sin embargo, Góngora se felicitaba de la incomprensión con que eran recibidos sus intrincados poemas extensos: "Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que esta es la distinción de los hombres cultos".

Sus perifrasis y la vocación arquitectónica de toda su poesía le dan un aspecto oscuro y original, extremado si cabe por todas las aportaciones simbólicas y mitológicas de procedencia grecolatina. La fama de Luis de Góngora fue enorme durante el barroco.

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