domingo, 4 de noviembre de 2018

EL MAL Y LA RELIGIÓN


El mal para las religiones abrahamánicas: cristianismo, islamismo y judaismo la concepción del mal deriva del dualismo con el bien y de la relación con un principio llamado Dios; se reduce al concepto pecado. La idea del mal se asocia a comportamientos humanos que se consideran perjudiciales, destructivos o inmorales y son fuente de sufrimiento moral o físico.

El mal para la ética es una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de bondad, caridad y principios morales. Actuar con maldad implica contravenir deliberadamente códigos de conducta, moral o comportamientos oficialmente correctos u ortodoxos en un grupo social. Para la filosofía la naturaleza del mal depende de si la moralidad es absoluta, relativa o ilusoria.

En la filosofía griega, Platón nos dice que el Bien es la idea suprema y que el mal es la ignorancia. Sócrates, identificaba a la bondad con la virtud moral y esta a su vez con el conocimiento. Sostenía que la virtud era inherente al hombre que es virtuoso por naturaleza y los valores éticos son constantes, por lo tanto el mal es el resultado de la falta de conocimiento. Aristóteles consideraba una acción buena, aquella que conduce al logro del bien del hombre.

Con o sin religión la gente buena hará el bien, y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal hace falta la religión. Las religiones han producido efectos negativos como positivos. Uno de los aspectos más siniestros de las religiones son las guerras que ha propiciado, que se cuentan entre las más largas y sanguinarias precisamente porque las ideas religiosas que se confrontan raramente cambian o se acomodan a la visión del enemigo, pues se basan en dogmas. Muchas guerras y matanzas se realizaron en nombre de Dios.

Según el sociólogo Evan Luard, las guerras religiosas parecen ser las más largas, y sistemáticamente eugenésicas. Si cualquiera de nosotros se da una vuelta por la historia universal, comprobará que esto es una verdad más grande que una catedral. La religión para hacer el bien y por otros para hacer el mal, fue la causante de guerras, persecuciones, cacerías de brujas, "santa" inquisición, discriminación, aberrante y crasa corrupción: abusos, pedofilia y violaciones. Que siempre la iglesia escondió por un bien superior: mantener bien parada la institución.

En nuestro país vemos como la iglesia está en el ojo del huracán, acusada, enjuiciada, formalizada y cada vez más desprestigiada. Se cae a pedazos. El bien no es patrimonio exclusivo de aquellos que profesan una religión.


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