Ginebra es una ciudad y y comuna de la Confederación suiza, ubicada cerca de la frontera con Francia, capital del Cantón de Ginebra. Es la ciudad más poblada de Romandía y la segunda de Suiza después de Zúrich. Se encuentra a la salida del Ródano del Lago de Ginebra, es la capital de la República y Cantón de Ginebra. El Cantón, incluida la ciudad, el área metropolitana tiene poco más de 915.000 habitantes, incluida la parte francesa.
Ginebra es una ciudad global, centro financiero y mundial de la diplomacia debido a la presencia de numerosas organizaciones internacionales, entre ellas la sede de muchos de los organismos de las Naciones Unidas y la Cruz Roja. De ambos organismos quedé muy agradecido por la ayuda y solidaridad que me brindaron. Especialmente del señor Goerge Koulischer, Alto Comisionado para los Refugiados, cuando estuve en el exilio.
Ginebra en el corazón de Europa
Ginebra es la ciudad donde se firmaron los Convenios de Ginebra, que principalmente se refieren al tratamiento, en situaciones bélicas, de los no combatientes y los prisioneros de guerra. La ciudad ha si do posesionada como el noveno centro mundial financiero más importante, en cuanto a competitividad en el índice global de Centros Financieros, por sobre Fráncfort, y el tercero en Europa después de Londres y Zúrich. Es conocida como una metrópolis compacta, con la más alta calidad de vida, después de Viena y Zúrich, la "capital de la paz". Pero, es la cuarta ciudad más cara del mundo.
Llegamos a la Gare de Cornavin un domingo a medianoche, procedentes de Milán. Estuve un mes en Ginebra, primero para renunciar, en el Palacio de las Naciones Unidas, a mi condición de exiliado político pues condicionaba mucho la vida y desplazamientos, y en segundo lugar conseguir ayuda para ver donde nos podríamos radicar. Estuvimos alojados los dos primeros días en un hotel, cerca de la estación ferroviaria, después en un internado universitario el resto del mes. Nos brindaron exámenes preventivos de salud, en la Cruz Roja, mientras se hacían las gestiones para nuestro viaje a Barcelona, España.
Lago Leman
Tiempo que dedicamos a recorrer la ciudad, algunas de sus tiendas, como Sears, donde vi el letrero que decía: "Si ve a un chileno robando, déjelo es su costumbre". Muchas y finas relojerías, con todas las marcas famosas: Longines, Patek Philippe, Ulises Nardan, entre otros, de excelente calidad, prestigio y de gran valor. Caminar por la ciudad era un agrado, bonita arquitectura, limpia, gente amable y buen transporte de buses, troleys y taxis.
Para comer, lo poco que degustamos fue La fondue, seguramente el plato más importante del país: queso fundido servido en una cacerola de metal, que se come rabañando un trozo de pan pinchado en un tenedor realmente exquisito. Nunca más lo he vuelto a comer.
Ginebra es la ciudad donde se firmaron los Convenios de Ginebra, que principalmente se refieren al tratamiento, en situaciones bélicas, de los no combatientes y los prisioneros de guerra. La ciudad ha si do posesionada como el noveno centro mundial financiero más importante, en cuanto a competitividad en el índice global de Centros Financieros, por sobre Fráncfort, y el tercero en Europa después de Londres y Zúrich. Es conocida como una metrópolis compacta, con la más alta calidad de vida, después de Viena y Zúrich, la "capital de la paz". Pero, es la cuarta ciudad más cara del mundo.
Llegamos a la Gare de Cornavin un domingo a medianoche, procedentes de Milán. Estuve un mes en Ginebra, primero para renunciar, en el Palacio de las Naciones Unidas, a mi condición de exiliado político pues condicionaba mucho la vida y desplazamientos, y en segundo lugar conseguir ayuda para ver donde nos podríamos radicar. Estuvimos alojados los dos primeros días en un hotel, cerca de la estación ferroviaria, después en un internado universitario el resto del mes. Nos brindaron exámenes preventivos de salud, en la Cruz Roja, mientras se hacían las gestiones para nuestro viaje a Barcelona, España.
Tiempo que dedicamos a recorrer la ciudad, algunas de sus tiendas, como Sears, donde vi el letrero que decía: "Si ve a un chileno robando, déjelo es su costumbre". Muchas y finas relojerías, con todas las marcas famosas: Longines, Patek Philippe, Ulises Nardan, entre otros, de excelente calidad, prestigio y de gran valor. Caminar por la ciudad era un agrado, bonita arquitectura, limpia, gente amable y buen transporte de buses, troleys y taxis.
Para comer, lo poco que degustamos fue La fondue, seguramente el plato más importante del país: queso fundido servido en una cacerola de metal, que se come rabañando un trozo de pan pinchado en un tenedor realmente exquisito. Nunca más lo he vuelto a comer.
La fondue
El Rosti, un plato de papas que se sirve como acompañamiento de las carnes o verduras. En sus orígenes se comía al desayuno, un plato fuerte para que los agricultores del Cantón de Berna se fueran bien alimentados a trabajar.
Rosti
El Rosti, un plato de papas que se sirve como acompañamiento de las carnes o verduras. En sus orígenes se comía al desayuno, un plato fuerte para que los agricultores del Cantón de Berna se fueran bien alimentados a trabajar.
Ginebra es una ciudad rica y bien cuidada, su casco antiguo está bien preservado, tranvías y calles peatonales. muchos parques y una vida cultural de gran riqueza: Museos, Bibliotecas, el Gran Teatro y la Orquesta de Suiza Romance que contribuyen fuertemente al esplendor cultural de la ciudad.
Lamento, por una parte, no haberme quedado alli, habría ganado un idioma: francés y habría estado a mano para viajar a cualquier parte de Europa en tren.
Lamento, por una parte, no haberme quedado alli, habría ganado un idioma: francés y habría estado a mano para viajar a cualquier parte de Europa en tren.
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