Tomás de Torquemada nació en Valladolid, Corona de Castilla el 14 de octubre de 1420, muere en Ávila, España el 16 de septiembre de 1498. Fue un presbítero dominico castellano, confesor de Isabel la Católica y primer Inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV. Inició la mayor persecución de judeoconversos, entre 1480 y 1530. Tenía ascendencia judía, sus abuelos de linaje judío habían sido convertidos a la santa fe católica.
Habría hecho algunos estudios superiores en la Universidad de Salamanca, donde coincidió con Lope de Barrientos. En 1452 fue destinado como prior al Convento de Santa Cruz la Real de Segovia, donde comenzó a destacar por su celo organizativo. Cuando fue coronada reina Isabel I de Castilla, Torquemada fue nombrado uno de los tres confesores personales que atendían las necesidades espirituales de los Reyes Católicos en premio por sus destacados servicios como monje y erudito.
El 17 de octubre de 1483, Torquemada fue nombrado por el papa Inocencio VII "Inquisidor General del Principado de Cataluña, de la ciudad y del Obispado de Barcelona". Pero encontró una gran repulsa en la población, negándose los concellers a prestar el juramentos que les pedía el inquisidor. En 1484 Torquemada redactó el reglamento común que debía guiar las acciones de los inquisidores. La extensión de su poder efectivo sobre la Corona de Aragón fue facilitada por el asesinato del inquisidor Pedro de Arbués en 1485 en Zaragoza, atribuido por las autoridades a una comunidad de herejes y judíos. Tras la gran repercusión social de este asesinato, la población comenzó a colaborar con el papado.
Pocos años después, el supuesto asesinato ritual de llamado Santo Niño de la Guardia en 1491, que fue atribuido sin pruebas a un colectivo de judíos, pudo influir en la proclamación del Edicto de Granada, que ordenó la proscripción de todos los judíos de España para el 2 de agosto de 1492, del que se le considera más que probable autor.
Torquemada arroja un crucifijo contra un judío
En 1493 se retira al convento de Santo Tomás de Ávila, donde muere en 1498, a la edad de 77 años. Su figura ha quedado asociada a la de un fanático que disfrutaba torturando y quemando a la gente.
Torquemada arroja un crucifijo contra un judío
En 1493 se retira al convento de Santo Tomás de Ávila, donde muere en 1498, a la edad de 77 años. Su figura ha quedado asociada a la de un fanático que disfrutaba torturando y quemando a la gente.
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