sábado, 29 de junio de 2019

NICOLÁS COPÉRNICO


Nicolás Copérnico nace en Torun, Polonia el 19 de febrero de 1473, muere en Frombork el 24 de mayo de 1543. Monje astrónomo del Renacimiento que formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar, concebida en primera instancia por Aristarco de Samos. Su libro De revolutionibus orbium coelestium (sobre la revoluciones de las esferas celestes) suele ser considerado como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna, además de ser una pieza clave en lo que se llamó la Revolución científica en la época del Renacimiento. Pasó cerca de veinticinco años trabajando en el desarrollo de sus sistema heliocéntrico del universo, que en aquella época resultó difícil que los científicos lo aceptaran, ya que se suponía era una auténtica revolución.

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Estudió en la Universidad de Cracovia, 1491-1494, viajó por Italia y se inscribió en la Universidad de Bolonia, 1496-1499, donde tomó cursos de Derecho, Medicina, Griego, Filosofía y trabajó como asistente del astrónomo Domenico da Novara. En 1500 fue a Roma donde estudió ciencias y astronomía, y en 1501 regresó a su patria y fue nombrado canónigo en la catedral de Frauenburg. Volvió a Italia, a Padua, 1501-1507, para estudiar Derecho y Medicina, teniendo una breve estancia en Ferrara, 1503, donde obtuvo el grado de Doctor en Derecho Canónico.

Copérnico era matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, diplomático y economista. Junto con sus extensa responsabilidades, la astronomía figuraba como poco más que una distracción. Por su enorme contribución a la astronomía, en 1935 se dio el nombre "Copernicus" a uno de los mayores cráteres lunares, ubicado en el Mare Insolarum. Su modelo heliocéntrico es considerado una de las teorías más importantes en la historia de la ciencia.

Copérnico no publicó su obra en al que defendía el heliocentrismo hasta 1543, año de su fallecimiento, sin embargo, sus libros serían incluidos en el Index librorum prohibiturum, muchos años después de su muerte, con el caso Galileo. Se reinstala definitivamente en su país, 1523, se dedica a la administración de la diócesis de Warmia, ejerció la medicina, ocupó ciertos cargos administrativos y llevó a cabo su intenso y primordial trabajo en el campo de la astronomía.

La importancia de la obra de Copérnico es ser una obra revolucionaria, precursora de grandes cambios científicos. Dicho carácter revolucionario no está solo en sus escritos, sino en poner en marcha unos caminos que romperán las barreras del pensamiento. Su obra sigue ligada al Mundo Antiguo, ya que ciertas premisas platónicas siguen vigentes en su pensamiento como los dos grandes principios de uniformidad y circularidad. Sin embargo, con su obra se afianza otra gran idea propia de la modernidad: la naturaleza va perdiendo su carácter teológico, el hombre ya no es el centro del universo, sino que Copérnico lo desplaza a una posición móvil, como la de cualquier otro planeta.  

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