Essal, empresa encargada de abastecer de agua potable a la ciudad de Osorno, tiene serios y graves problemas con sus instalaciones, falta de mantención y nula fiscalización de la planta, de parte de las autoridades correspondientes.
El prolongado corte de agua en la ciudad de Osorno, fue producto de un derrame de petróleo que contaminó el sistema. ¿Negligencia, falta de previsión? El operario que estaba presente en el lugar cuando se registró la falla, dijo haber olvidado detener el llenado del estanque de petróleo. Declaró que había falta de iluminación, con equipos precarios y con restricciones para usar la electricidad.
Esta situación ha provocado millonarias pérdidas económicas en el comercio, éstas se calculaban en 1.000 millones de pesos, y las ventas habían bajado en un 50 %, algunos comerciantes tuvieron que cerrar sus negocios de manera definitiva, lo que significas pérdidas de un 100 %. Situación que ha afectado a las pequeñas y medianas empresas, a microempresarios, a los emprendedores de gastronomía, hotelería y pequeñas posadas.
La distribuidora de agua dejó a más de 180 mil clientes sin este vital servicio, las autoridades tuvieron que decretar alerta sanitaria. Recién el 21 de julio, se ha comenzado a restablecer la normalidad entre los vecinos, quienes tuvieron que recurrir a abastecerse de agua a estanques que la empresa puso en distintas partes de la ciudad.
El presidente de la empresa, Guillermo Pickering, ofreció disculpas a los locales, diciendo que buscarán compensaciones para ellos. También comunicaron que durante 60 días no cobrarían por el servicio, anunciando que aceptarán la mediación que propone Sernac para solucionar los casos particulares.
Debido a le emergencia producida en Osorno por la falta de agua, senadores de todos los sectores políticos hacen un llamado a caducar la concesión a Essal. Un llamado netamente populista, y sin sentido, pensando quizá en los votos, porque no se puede hacer eso. ¿Quién reemplazaría a Essal de la noche a la mañana? No se puede hacer una licitación, es inviable y no es la solución. Tanto senadores como los clientes tienen que pensar con la cabeza, y no dejarse llevar por la pasión y enojo del momento.
Hay que sancionar a la empresa, darle un plazo para que renueve y modernice el sistema de la planta, exigir estándares de funcionamiento de primer nivel, la fiscalización del Estado y la modernización de la ley pertinente. Las cosas hay que hacerlas con inteligencia, que es lo que les falta a gran parte de las autoridades, parlamentarios y a la sociedad misma.
"Chile: Un país a medias; y Essal bailando en la cuerda floja"
Esta situación ha provocado millonarias pérdidas económicas en el comercio, éstas se calculaban en 1.000 millones de pesos, y las ventas habían bajado en un 50 %, algunos comerciantes tuvieron que cerrar sus negocios de manera definitiva, lo que significas pérdidas de un 100 %. Situación que ha afectado a las pequeñas y medianas empresas, a microempresarios, a los emprendedores de gastronomía, hotelería y pequeñas posadas.
La distribuidora de agua dejó a más de 180 mil clientes sin este vital servicio, las autoridades tuvieron que decretar alerta sanitaria. Recién el 21 de julio, se ha comenzado a restablecer la normalidad entre los vecinos, quienes tuvieron que recurrir a abastecerse de agua a estanques que la empresa puso en distintas partes de la ciudad.
El presidente de la empresa, Guillermo Pickering, ofreció disculpas a los locales, diciendo que buscarán compensaciones para ellos. También comunicaron que durante 60 días no cobrarían por el servicio, anunciando que aceptarán la mediación que propone Sernac para solucionar los casos particulares.
Debido a le emergencia producida en Osorno por la falta de agua, senadores de todos los sectores políticos hacen un llamado a caducar la concesión a Essal. Un llamado netamente populista, y sin sentido, pensando quizá en los votos, porque no se puede hacer eso. ¿Quién reemplazaría a Essal de la noche a la mañana? No se puede hacer una licitación, es inviable y no es la solución. Tanto senadores como los clientes tienen que pensar con la cabeza, y no dejarse llevar por la pasión y enojo del momento.
Hay que sancionar a la empresa, darle un plazo para que renueve y modernice el sistema de la planta, exigir estándares de funcionamiento de primer nivel, la fiscalización del Estado y la modernización de la ley pertinente. Las cosas hay que hacerlas con inteligencia, que es lo que les falta a gran parte de las autoridades, parlamentarios y a la sociedad misma.
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