Mientra se ponen de acuerdo la ciencia y la religión, acerca de la historia evolutiva del hombre, este misterio permanece como uno de los mayores enigmas contemporáneos. Hay acuerdo unánime, en lo referente al nombre científico del hombre: Homo sapiens, hombre que piensa u hombre sabio. Teorías futuristas, prevén que el hombre evolucionará a formas más avanzadas, como Homo spacialis, Homo helenicis, Homo allenigenus, Homo roboticus, Homo informaticus, Homo virtualis y el Homo supersanus, entre otros.
En la actualidad, hay manifestaciones claras de diversas tribus de hombre que prevalecen en la sociedad, decido a factores muy diversos, tal y como lo plantea L'Ybonnet (Profesor de filosofía 2011). "El hombre no es solamente Homo sapiens , en cuanto sabe y cree que sabe, faeber, (fabricante); o oeconomicus (económico y solo movido por el interés egoísta), concepciones que sitúan al hombre aparte, aislándolo completamente. Es también inseparablemente demens, en cuanto inventa, imagina o mata, y ludens, se divierte, se exalta o se consume".
El peligro de estas manifestaciones del hombre está en el desequilibrio de su propia naturaleza propicia. El hombre desequilibrado lo mismo inventa, imagina o mata. Pero cuidado cuando imagina enemigos potentados, cuando en realidad son molinos de viento; cuando inventa mentiras desatendiendo la realidad, o cuando mata perjurando amor. El Homo Demens, debe su nombre a sus raíces en latín: de ... alejado y mens ... mente, aquella persona que se aleja o está ajena a su realidad.
Somos criaturas del viejo sistema, que queremos, sin embargo hay que construir uno nuevo, para cambiar el mundo tenemos que empezar por nosotros mismos, labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir, ¡Si cambiamos nosotros cambiamos el mundo!
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