Así como cae el rocío,
al océano se va al río,
igual como tus lágrimas
que viertes en mis manos.
Penas de aquel amor
ausente, que te dejó
sin decir palabra ...
tristemente solitaria.
En mi buscas consuelo,
y a mis rudos brazos
te aferras desesperada,
llorando penas de sangre.
Tomo tus manos frías
y siento la suavidad
de tu piel, acaricias
las mías, beso las tuyas.
Pensar que te he amado
como nunca amé a nadie,
pero tu no lo sabes ...
solo buscas mi consuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario