Los filósofos de los universos atribuyen una causación primaria absoluta en la infinidad al Padre Universal, que funciona como infinito, eterno y absoluto YO SOY. Este concepto está muy alejado de la comprensión experiencial humana que ocasiona ciertas distorsiones de los significados y malentendidos de los valores. Sin embargo, el concepto filosófico del YO SOY proporciona a los seres finitos cierta base para un intento de acercamiento a la comprensión parcial de los orígenes absolutos y de los destinos infinitos. YO SOY es sinónimo de la Primera Persona de la Deidad, el Padre Universal de todas las personalidades. El YO SOY es el infinito, el YO SOY es también la infinidad.
Como concepto existencial el YO SOY no es ni deidificado ni no deidificado, ni actual ni potencial, ni personal ni impersonal, ni estático ni dinámico. No se puede aplicar cualificación alguna al Infinito excepto decir que el YO SOY es. El postulado filosófico del YO SOY es un concepto universal un tanto más difícil de comprender que el del Absoluto no Cualificado. Alguna vez, creo que desde una postura religiosa se sostenía que uno con Dios era mayoría. Es decir, los humanos tendríamos condiciones divinas en nuestra vida finita. Pero, esto es tema de estudios profundos que cada uno, creyentes o no, debería hacer de la filosofía religiosa y universal.
Pero, en la diaria realidad, en el Yo Soy individual y humano, debemos reconocer lo que uno es, con sus aciertos, errores y virtudes, es un sano ejercicio espiritual que deberíamos hacer alrededor de los 40 años. Para que, conforme esta certera crítica e íntima mirada a nuestro interior, sepamos enmendar rumbos, caminar por la senda correcta, hacer los cambios personales en cuanto ideas, pensamientos y futuras acciones. Todo se puede cambiar, porque querer es poder y hay que aprender a pensar. Primero hay que reconocerse en los errores, para entender cabalmente lo que tenemos de bueno en nuestro Yo Soy, y la cuota de malo inherente a nuestros errores. Es mucho más la bondad, el bien y lo bueno lo que cada uno tiene en el ser, cuestión que generalmente los demás no reparan, y solo nos critican y se quedan pegados, ad eternum, en lo malo que hemos hecho.
"Nunca es tarde para pedir perdón por nuestras acciones, e iniciar un nuevo proceso de vida"
Como concepto existencial el YO SOY no es ni deidificado ni no deidificado, ni actual ni potencial, ni personal ni impersonal, ni estático ni dinámico. No se puede aplicar cualificación alguna al Infinito excepto decir que el YO SOY es. El postulado filosófico del YO SOY es un concepto universal un tanto más difícil de comprender que el del Absoluto no Cualificado. Alguna vez, creo que desde una postura religiosa se sostenía que uno con Dios era mayoría. Es decir, los humanos tendríamos condiciones divinas en nuestra vida finita. Pero, esto es tema de estudios profundos que cada uno, creyentes o no, debería hacer de la filosofía religiosa y universal.
Pero, en la diaria realidad, en el Yo Soy individual y humano, debemos reconocer lo que uno es, con sus aciertos, errores y virtudes, es un sano ejercicio espiritual que deberíamos hacer alrededor de los 40 años. Para que, conforme esta certera crítica e íntima mirada a nuestro interior, sepamos enmendar rumbos, caminar por la senda correcta, hacer los cambios personales en cuanto ideas, pensamientos y futuras acciones. Todo se puede cambiar, porque querer es poder y hay que aprender a pensar. Primero hay que reconocerse en los errores, para entender cabalmente lo que tenemos de bueno en nuestro Yo Soy, y la cuota de malo inherente a nuestros errores. Es mucho más la bondad, el bien y lo bueno lo que cada uno tiene en el ser, cuestión que generalmente los demás no reparan, y solo nos critican y se quedan pegados, ad eternum, en lo malo que hemos hecho.
"Nunca es tarde para pedir perdón por nuestras acciones, e iniciar un nuevo proceso de vida"
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