Leucipo de Mileto, nace en Mileto, Turquía y muere el 370 a.C. Fue un filósofo griego del siglo V a.C. a quien se atribuye la fundación del atomismo, al parecer fue el primero en poner en tela de juicio la suposición aparentemente natural que afirma que cualquier trozo de materia, por muy pequeño que sea, siempre puede dividirse en trozos aún más pequeños. Afirmaba que llegaba un momento en que dicha división llegaba a un fin.
Se sabe muy poco de su vida, Epicuro consideró la posibilidad de que Leucipo no hubiera existido, lo cual dio lugar a muchos debates. Se consideraba que lo más probable era que hubiera nacido en Mileto, aunque también podría haber sido Abdera, Melos y Elea. Después se trasladó a Elea, donde fue discípulo de Parménides y Zenón de Elea y maestro de Demócrito. Se le atribuyen las obras La ordenación del cosmos y Sobre la mente, aunque este último libro pudo haber sido un capítulo de la obra anterior.
Lo que se sabe de su pensamiento se encuentra en fragmentos de obras de otros autores, tales como Aristóteles, Cimplicio de Cilicia o Sexto Empírico. Se dice que Demócrito inventó a Leucipo como su maestro para ganar prestigio y para que respaldasen su teoría, ya que se suponía que Leucipo era un gran físico, un filósofo interesado especialmente en lo que hoy se denomina física, discípulo también de Pitágoras.
Se le atribuye, junto a Demócrito, la fundación del Atomismo mecanicista, según el cual la realidad está formada tanto por partículas infinitas, indivisibles, de formas variadas y siempre en movimiento, los atomos, lo que no puede ser dividido, como por ejemplo el vacío. Así, tal ves en respuesta a Parménides, afirma que existe el ser como el no-ser; el primero está representado por los atomos, y el segundo por el vacío, "que existe no menos que el ser", siendo imprescindible para que exista movimiento.
Particularmente, postula, lo mismo que Demócrito, que el alma está formada por atomos más esféricos que los componentes de las demás cosas. Niega la génesis y la corrupción, formas de cambio que eran aceptadas casi por unanimidad entre los filósofos presocráticos.
Lo que se sabe de su pensamiento se encuentra en fragmentos de obras de otros autores, tales como Aristóteles, Cimplicio de Cilicia o Sexto Empírico. Se dice que Demócrito inventó a Leucipo como su maestro para ganar prestigio y para que respaldasen su teoría, ya que se suponía que Leucipo era un gran físico, un filósofo interesado especialmente en lo que hoy se denomina física, discípulo también de Pitágoras.
Se le atribuye, junto a Demócrito, la fundación del Atomismo mecanicista, según el cual la realidad está formada tanto por partículas infinitas, indivisibles, de formas variadas y siempre en movimiento, los atomos, lo que no puede ser dividido, como por ejemplo el vacío. Así, tal ves en respuesta a Parménides, afirma que existe el ser como el no-ser; el primero está representado por los atomos, y el segundo por el vacío, "que existe no menos que el ser", siendo imprescindible para que exista movimiento.
Particularmente, postula, lo mismo que Demócrito, que el alma está formada por atomos más esféricos que los componentes de las demás cosas. Niega la génesis y la corrupción, formas de cambio que eran aceptadas casi por unanimidad entre los filósofos presocráticos.
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