miércoles, 20 de noviembre de 2019

LOS JACOBINOS


Los jacobinos eran los miembros del grupo político de la Revolución francesa llamado Club de los jacobinos, cuya sede se encontraba en París, en el convento de los frailes dominicos, de la calle Saint Honoré

Eran republicanos, defensores de la soberanía popular, por ende propugnaban el sufragio universal; su visión de la indivisibilidad de la nación los llevaba a defender un Estado fuerte y centralizado. A menudo se confunde con el Terror, en parte debido a la leyenda negra que divulgó la reacción termidoriana sobre Robespierre. En el siglo XIX, el jacobinismo fue la fuente de inspiración de los partidos republicanos que promovieron la Segunda y la Tercera República Francesa. En la Francia contemporánea, este término se asoció con la concepción centralista de la República.

En abril-mayo de 1789, un grupo de representantes del Tercer Estado en la asamblea de los Estados Generales de 1789 empezaron a reunirse en lo que sería conocido como el "Club Bretón", un foro de debate y reflexión en torno a los Cahiers de Doléances (cuadernos de quejas), y a la preparación de los debates en la asamblea. Su nombre se debe a que los primeros miembros del club eran diputados de la provincia de Bretaña, reunidos en torno a Isaac le Chapelier y a Jean-Denis Lanjuinais. Pronto se unieron miembros del clero y diputados de otras regiones como Mirabeau, el duque de Aiguillion, Sieyès, Pétion, Volney, Robespierre y otros.

Una vez constituida la Asamblea Constituyente, cambiaron su nombre por el de "Société  des amis de la Constitution" y se instalaron en octubre del mismo año en el Convento de los Jacobinos, un antiguo convento de dominicos situado en la calle Saint Honoré de París. A partir de ese momento, sus oponentes políticos los llamaron jacobinos, en un principio para ridiculizarlos. En 1789, agrupaban a 200 diputados de diferentes tendencias, y su primer presidente fue el diputado bretón Isaac le Chapelier. En aquella época Mirabeau se encontraba dentro de sus miembros.

                                          Entrada del Club de los Jacobinos

Centro de creación de ideas y motor intelectual de las acciones emprendidas por la Revolución, su influencia tenía un alcance nacional gracias a las sociedades afines diseminadas por toda Francia. La red creada por estos numerosos grupos le dio un enorme poder político. Si en agosto de 1791 existían 152 sociedades provinciales afiliadas, en 1792 eran 2.000. Hasta 1791, el Club, al igual que la mayoría de la ciudadanía, estaba a favor de la implantación de una monarquía constitucional. Pero el intento de huida de Luis XVI, detenido en Varennes en junio de 1791, truncó muchas esperanzas de poder confiar en un sistema de gobierno monárquico.

Aquel acontecimiento dividió a los jacobinos en dos corrientes enfrentadas. Unos, liderados por Robespierre, que propugnaba la deposición del rey , y el establecimiento de la  república. Los otros, seguidores de Antoine Barnave y de Jacques Pierre Brissot, pensaban que, ante la amenaza de guerra con las monarquías extranjeras, era preferible detener la Revolución y lograr un compromiso con las élites del Antiguo Régimen para mantener la monarquía constitucional. estos últimos acabaron por abandonar el Club de los Jacobinos para fundar el "Club des Feuillants", pero la escisión no frenó la expansión de la Sociedad. El 15 de enero de 1793, una vez concluido el juicio de Luis XVI, los jacobinos influyeron de manera decisiva en la votación a favor de la muerte del rey en la Convención Nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario