sábado, 2 de noviembre de 2019

PIEDRA ROSETTA

                                          Descubrimiento de Piedra Rosetta

La Piedra Rosetta es un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 166 a.C., en nombre del faraón Ptolomeo V. El decreto aparece en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. Gracia a que presenta el mismo contenido en la tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta piedra facilitó la clave para el desciframiento moderno de los jeroglíficos egipcios.

Originalmente dispuesta dentro de un templo, la estela fue probablemente trasladada durante la época paleocristiana o en la Edad Media y finalmente usada como material de construcción en un fuerte cerca de la localidad de Rashid (Rosetta) en el delta del Nilo. Allí fue hallada el 15 de julio de 1799 por el soldado Pierre-Francois Bouchard durante la campaña francesa en Egipto. Las tropas británicas derrotaron a las francesas en Egipto en 1801, y la piedra original acabó en posesión inglesa bajo la Capitulación de Alejandría. Transportada a Londres, está expuesta al público desde 1802 en el Museo Británico, siendo la pieza más visitada.


Debido a que fue el primer texto plurilingüe antiguo descubierto en tiempos modernos, la piedra despertó interés público por su potencial para descifrar la hasta entonces ininteligible escritura jeroglífica egipcia. La primera traducción completa del texto en griego antiguo apareció en 1803, pero no fue hasta 1822 cuando Jean-Francois Champollion anunció en París el descifrado de los textos jeroglíficos, mucho antes de que los lingüistas fueran capaces de leer con seguridad otras inscripciones y textos del antiguo Egipto

Más tarde se descubrieron dos copias fragmentarias del mismo decreto, y en la actualidad se conocen varias inscripciones egipcias bilingües y trilingües, incluidos dos decretos ptolomeicos, como el Decreto de Canopus del 238 a.C. y el decreto de Menfis de Ptolome IV del 218 a.C. Por ello, aunque la piedra Rosetta ya no es única, fue un referente esencial para el entendimiento actual de la literatura y civilización del Antiguo Egipto.

Desde su hallazgo la piedra ha sido objeto de rivalidades nacionales, incluida su transferencia de manos francesas a británicas durante las guerras napoleónicas, una larga disputa sobre el valor relativo de las contribuciones de Young y Champollion a su desciframiento y, desde 2003, demandas por el retorno de la estela a Egipto.

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