Una de las principales características de la violencia social, que es un conjunto de conductas de parte de del Estado a los ciudadanos, es el abuso del Gran Poder económico y de los gobernantes que lo permiten. Agresores que se imponen en virtud de su posición de dominio frente a la sociedad.
Históricamente en Chile, el abuso se comete contra personas que detentan menos grados de poder. La violencia económica, el abuso que sufren los trabajadores al percibir salarios de hambre, las miserables pensiones que reciben los ancianos después de haber trabajado 45 o más años, condenados a una cruel e indigna existencia en sus últimos años de vida.
Violencia social es la deficiente atención de salud por falta de insumos y especialistas en Hospitales de Salud Pública, especialmente los ancianos, que deben madrugar para obtener un cupo de atención, además, de ingresar a inhumanas listas de espera si requieren cirugías, en consecuencias que deberían ser prioridad inmediata de atención.
Violencia social es la obtención o mantenimientos de poder y status social. Violencia social que es ejercida en condiciones en la que los individuos perciben la existencia de inequidad. Es la desigualdad y falta de equidad de las clases medias y bajas. Está vinculada a la violencia gubernamental y política parlamentaria, que no se preocupan de las demandas de quienes los eligieron.
La justicia social no puede conseguirse con la violencia con la que somos violentados, el saqueo y el vandalismo es violento, mata lo que el pueblo desea crear y posterga sus legítimas demandas. En Chile, estamos viviendo un caos violentista, que ha causado muchos destrozos, quema de negocios, pérdida total para sus dueños y dejando miles de personas sin trabajo.
¿Cuando terminará todo esto? El gobierno y el Congreso tienen la palabra y herramientas para mejorar pensiones, salarios, fijación y rebaja de precios de medicamentos.
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