El volantín es un tipo de cometa usado en Chile, donde encumbrarlo es considerado un juego tradicional llamado volantinismo. Los primeros volantines llegaron llegaron a Chile durante el período colonial, de la mano de misioneros católicos, en particular de la orden benedictina.
Se dice que el gobernador Ambrosio O'Higgins, era un entusiasta participante de las competencias de volantines. El deporte era tan popular que en 1795 se dictó una orden que condenaba a seis días de prisión a aquellos que provocaban daños por encumbrar volantines, luego que muchos peatones sufrieran un golpe por culpa de las piruetas del volantín.
El volantín tiene una estructura cuadrada y está hecho de un delgado papel de colores. Usa un hilo que se une a otros tres que se atan a los palillos en forma de trípode invertido. Puede tener cola para hacerlo más estable, también puede tener flecos en los costados y colas más pequeñas en cada lado, las que pueden ser útiles cuando está descompensado.
Los volantines son elevados principalmente durante el mes de septiembre, cuando confluyen la primavera con la celebración de las Fiestas Patrias. Dentro de los juegos tradicionales con volantines están las comisiones, que son batallas aéreas entre volantines, usualmente premunidos de hilo curado.
Guillermo Prado, reconocido como el volantinero más destacado de la historia del país, inventó el carrete para manejar el hilo de las cometas en los años 1960, que luego fue distribuido internacionalmente. En 2002 el volantinista local César Gutiérrez obtuvo el segundo lugar en la categoría combate del Festival de Dieppe en Francia, el principal de cometas a nivel internacional.
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