La lectura es el proceso de comprensión de algún tipo de información o ideas almacenadas en un soporte y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente el lenguaje que puede ser visual o táctil (por ejemplo: sistema braille). Otros tipos de lectura pueden no estar basados en el lenguaje tales como la notación o los pictogramas. También se le puede dar el significado como una de las habilidades humanas para descifrar ya sean letras o cualquier otro idioma que esté o no inventado por el hombre.
La escritura es un sistema de representación gráfica de un idioma, por medio de signos trazados o grabados sobre un soporte. En tal sentido, la escritura es un modo gráfico específicamente humano de conservar y transmitir información. Como medio de representación, la escritura es una codificación sistemática mediante signos gráficos que permiten registrar con gran precisión el lenguaje hablado por medio de signos visuales regularmente dispuestos; obvia excepción a esta regla es la bastante moderna escritura braille cuyos signos son táctiles. La escritura se diferencia de los pictogramas en que estos no suelen tener una estructura secuencial lineal evidente.
La lectura y escritura son amantes pasionales. La fisiología permite la capacidad humana de leer desde el punto de vista biológico, gracias al estudio del ojo humano, el campo de visión y la capacidad de fijar la vista. La psicología ayuda a definir el proceso mental que se lleva a cabo durante la lectura, ya sea en la fase de decodificación de caracteres, símbolos e imágenes, o en la fase de asociación de la visaluización con la palabra. La pedagogía clínica se ocupa de los aspectos educativos en cuanto al proceso enseñanza-aprendizaje de la lecto-escritura, de los disturbios específicos de la lectura, y las habilidades necesarias para una lectura eficaz.
La escritura evolucionó desde sistemas de representación meramente mnemotécnicos o contables (como está testimoniado en Mesopotamia), que inicialmente representaban objetos en forma de pictogramas, hasta sistemas más abstractos que terminaron representando sonidos o logogramas abstractos. Obviamente en ese sentido toda la escritura es dependiente de las lenguas naturales, tal como señaló el propio Aristóteles para quien la escritura está subordinada a la lengua hablada: "los sonidos expresados por la voz son los símbolos de los estados del alma y las palabras escritas son los símbolos de las palabras emitidas por la voz". Esto es para la tradición aristotélica, "la escritura es un conjunto de símbolos de otros símbolos".
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