Los patagones o gigantes patagónicos son un pueblo mítico de gigantes que apareció en los primeros informes europeos sobre la costa atlántica austral de América del Sur, región que por ellos recibió el nombre de Patagonia. El pueblo indígena al cual se refiere el exónimo eran los aónikenk o tehuelches.
Fernando de Magallanes
La primera mención del término aparece en el relato del viaje de Fernando de Magallanes alrededor del mundo escrito por Antonio Pigafetta, uno de los pocos sobrevivientes de la expedición. En la crónica se afirmaba haberlos visto en la costa de la Bahía de San Julián antes de arribar al estrecho, en el otoño austral de 1520.
Nativos de Patagonia, 1883
Eran altos, bien formados, de cabellos escasos, parecían blanqueados con algún polvo, con el rostro ancho y teñido de rojo, con los ojos circulados de amarillo, y con dos manchas en forma de corazón en la mejillas. Su vestido, o mejor dicho su capa, era de pieles cosidas entre sí, de un animal que abunda en el país, según tuvieron ocasión de verlo después. Tenían una especie de calzado hecho de la misma piel. En su mano izquierda llevaban un arco corto y macizo, cuya cuerda un poco más gruesa que la de un laúd, había sido fabricada de una tripa del mismo animal, y en la otra mano flechas de caña, cortas, en uno de sus extremos tenía plumas, y en el otro, en lugar de hierro, la punta de una piedra de chispa, matizada de blanco y negro. De la misma pieza de pedernal fabricaban utensilios cortantes para trabajar la madera.
Es muy probable que esta descripción se base en una leve exageración. No obstante, algunos autores postulan que la estatura promedio de los tehuelches rondaba los dos metros de altura, mientras que la de los europeos de la época era sensiblemente menor. sin embargo, matizan dicha afirmación. Se ha postulado desde López de Góngora que los exploradores quedaron asombrados con las huellas de los pies tehuelches, artificialmente ampliadas por las pieles que les servían de calzado, pero de todos modos eran mayores que las de los exploradores europeos, por lo cual los llamaron "patones", es decir, de pies grandes, de donde viene el nombre de "patagones". Finalmente, el nombre de "Patagonia" se impuso, al igual que la idea de los habitantes locales eran gigantes.
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