ALBERCA

Una Alberca, del árabe hispánico albirka y este del árabe clásico birkah, es una construcción hidráulica, bien excavada en tierra, bien realizada con fábrica de ladrillo, tapial o manpostería en forma de estanque para almacenar agua. 

El concepto de alberca, en cuanto que estanque artificial, es conocido en todas las civilizaciones, con usos similares a los descritos para aquellas. Es el uso intensivo de este recurso técnico para el regadío, como elemento de la red de acequias lo que da relevancia al modelo de alberca andalusí. 

Incluso el uso ornamental y de ocio se dio de forma clara en la arquitectura griega, persa, mesopotámica y, por supuesto, románica, en cuyas casas, el jardín era un entorno vital importante. Sin embargo, la civilización islámica refinó e intensificó todos estos conceptos.

                               Alberca de Palacio de YusufII, La Alhambra

La aplicación de denominación Alberca a este tipo de construcciones, data del siglo XIII. Dos siglos más tarde, se registraron los primeros textos que extienden el concepto a cualquier edificación sin techumbre, aunque no se dedique a la recogida de agua, que es una segunda acepción recogida por la RAE.

La Alberca de riego es un estanque de dimensiones reducidas, la necesaria para regar las parcelas a las que están asociadas. La Alberca de distribución o Albercón, estanques de gran tamaño, cuya función es recoger agua procedente de acequias principales, bien de escorrentías o de precipitaciones, para almacenarla y distribuirla en tiempos de escasez. Las Albercas ornamentales de viviendas granadinas acomodadas, en la época del Al-Ándalus. La Alberca de ocio de los Palacios, destinadas al ocio, ornamento, a la diversión y y los juegos.