Además de en las escuelas, las enseñanzas se impartían en los Colegios Mayores y Menores, o en conventos de las ordenes religiosas. En la España del Siglo de Oro solo había seis Colegios Mayores, los cuatro de Salamanca: el de San Bartolomé, el de Oviedo, el de Cuenca y el de Santiago, a los que se añadían el de Santa Cruz de Valladolid y el de San Ildefonso de Alcalá. Salamanca contaba además con un sunnúmero de Colegios Menores y otros centros universitarios de diverso tipo. Hasta el siglo XVII Salamanca fue vista como la universidad más prestigiosa, afamada e influyente de España. En ese período convivieron en Salamanca algunos de sus miembros más brillantes en lo que se conoció como la Escuela de Salamanca. Sus integrantes renovaron la teologia, sentaron las bases de los derechos de gentes moderno, del derecho internacional y de la ciencia económica moderna y participaron activamente en el Concilio de Trento.
En el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III, se llevaron a cabo reformas que hicieron que la Universidad constituyera uno de los principales focos de la ilustración española. Se daría todo el apoyo al desarrollo de la Medicina, Física, Matemáticas y las Letras Clásicas. Por Real Decreto de 1807, se aprobaría el plan de estudios de Caballeros para todas las universidades del reino, Salamanca ya apuntaba hacia un nuevo tipo de universidad, más centrados en las Ciencias Naturales y Sociales, y menos en el Derecho Canónigo y la Teología, sin embargo, el plan no se pudo implantar debido a la invasión francesa primero, y después a la política absolutista y ultraconservadora de Fernando VII que eliminó los avances establecidos durante el trienio liberal de 1820 a 1823, y condujo a la frustración de este renovador y prolongado movimiento intelectual.
Facultad de Filología
Durante la invasión francesa, 1808-1813, muchos de los edificios de los Colegios Salmantinos resultaron destruidos en la llamada "Batalla de Salamanca". En 1852 perdió la condición de universidad pontificia al aprobarse la Real Orden de 21 de mayo que suprimió sus dos facultades eclesiásticas: Teología y Derecho Canónico. Desde 1951, el ministro de Educación Nacional Joaquín Ruíz-Jiménez intentó reducir el grado de control político, ejercido por el gobierno sobre las universidades, abrir la Universidad Española a Europa y otorgar cierta autonomía a los centros.
Aula Miguel de Unamuno
La Universidad de Salamanca, por su significación histórica, era un buen modelo para iniciar el proceso, por lo que el gobierno apoyó decididamente los preparativos para la celebración del VII centenario de la universidad en el curso académicos de 1953-1954. La Universidad aprovechó las efemérides para recuperar el lugar privilegiado que había ocupado. Desde 1955 a 1970 la Universidad de Salamanca aumentó su proyección internacional, solo equiparable a la Universidad de Madrid y la Universidad de Barcelona, también universidades de referencia de la época.
En el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III, se llevaron a cabo reformas que hicieron que la Universidad constituyera uno de los principales focos de la ilustración española. Se daría todo el apoyo al desarrollo de la Medicina, Física, Matemáticas y las Letras Clásicas. Por Real Decreto de 1807, se aprobaría el plan de estudios de Caballeros para todas las universidades del reino, Salamanca ya apuntaba hacia un nuevo tipo de universidad, más centrados en las Ciencias Naturales y Sociales, y menos en el Derecho Canónigo y la Teología, sin embargo, el plan no se pudo implantar debido a la invasión francesa primero, y después a la política absolutista y ultraconservadora de Fernando VII que eliminó los avances establecidos durante el trienio liberal de 1820 a 1823, y condujo a la frustración de este renovador y prolongado movimiento intelectual.
Facultad de Filología
Durante la invasión francesa, 1808-1813, muchos de los edificios de los Colegios Salmantinos resultaron destruidos en la llamada "Batalla de Salamanca". En 1852 perdió la condición de universidad pontificia al aprobarse la Real Orden de 21 de mayo que suprimió sus dos facultades eclesiásticas: Teología y Derecho Canónico. Desde 1951, el ministro de Educación Nacional Joaquín Ruíz-Jiménez intentó reducir el grado de control político, ejercido por el gobierno sobre las universidades, abrir la Universidad Española a Europa y otorgar cierta autonomía a los centros.
La Universidad de Salamanca, por su significación histórica, era un buen modelo para iniciar el proceso, por lo que el gobierno apoyó decididamente los preparativos para la celebración del VII centenario de la universidad en el curso académicos de 1953-1954. La Universidad aprovechó las efemérides para recuperar el lugar privilegiado que había ocupado. Desde 1955 a 1970 la Universidad de Salamanca aumentó su proyección internacional, solo equiparable a la Universidad de Madrid y la Universidad de Barcelona, también universidades de referencia de la época.
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