Cicerón, nace en Arpino, pequeño pueblo en el país de los volscos, el 3 de enero de 106 A.C. y muere en Formia el 7 de diciembre de 43 A.C. Jurista, escritor, político y orador. Está en la galería de escritores, filósofos y poetas. Sin haber logrado la cima de otros, él hizo accesible y entendible los grandes valores de la civilización clásica de una época importante de la historia.
Maestro indiscutido, hombre de letras, ejemplo de humanidad. Político y literario. Gastó mucho tiempo en luchas partidarias de su tiempo, en desmedro de su actividad literaria. Petrarca le reprochaba aquella lucha dura e inútil, que le restó tiempo a su trabajo vocacional por las letras. Cicerón no solo fue escritor, fue un hombre de acción y un gran orador.
Realizó prolongados estudios, cultiva su ideal de cultura que le exigirá como orador en sus tratados de retórica. Su talento le convierte en el primer abogado y orador de Roma. Siguió el cursus honorum en Lilibea, Sicilia el 70 A.C. Una carrera política ordenada, en la que alcanza distintas magistraturas, con la edad mínima exigida, hasta llegar al Consulado.
Después de un viaje a Grecia, donde perfeccionó su arte retórico y amplia sus estudios de filosofía, regresa a Roma para reanudar su carrera. Desde joven Cicerón tuvo afición por la filosofía, en ella vio un medio de ampliar su cultura de orador y ejercitar su mente en la argumentación.
En el año 45 A.C. comienza a cultivarla desinteresadamente, después de la muerte de su hija Tulia, que le afectó profundamente, se dedica a tratar en latín toda la filosofía griega. En dos años de trabajo escribe 11 obras filosóficas. Otras de sus obras: De orator, Orator, Brutus, Topica, De re publica, Escipión, De legibus, De officiis, De natura deorum.